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Ambato en el Tiempo

El Eucalipto en Ambato

En el mes de mayo de 1865, la Sociedad de Aclimatación de parís remite al entonces Presidente de la República, Gabriel García Moreno, una colección de semillas quien por sugestiones de los caballeros quiteños Carlos Aguirre y Rafael Barba, entregan al Gobernador de la Provincia de Tungurahua de aquel tiempo al H. Dr. Nicolás Martínez, una pequeña cantidad de semillas entre ellas la del eucalipto; por varias razones no todo lo sembrado germino, ya sea por falta de prolijidad en el empaque o por el largo tiempo que tardaron en llegar, pero si el nombrado Gomero Azul de Tasmania o Eucalipto Gigante.

En la almáciga del Gomero Azul nacieron dos plantitas, una de las cuales Don Nicolás Martínez sembró en su quinta, hoy conocida como la “Quinta de la Liria”; y la otra la regaló a Don Juan Molineros, el ejemplar de la Liria existió hasta el año de 1905, en el que se vieron obligados la familia Martínez en cortarlo porque el árbol creció tanto y estaba  sembrado contiguo a la casa, que amenazó la destrucción de la misma con sus inmensas ramas.

El árbol de la Liria media más de 6 metros de circunferencia y empezó a dar semillas a los 4 años, pero resultaron infértiles, y así únicamente en 1874, Don Nicolás Martínez y Juan León Mera, hacer las primeras siembras, los cuales continuaron por varios años en las quintas hasta que fueron talas por el peligro de su altura y crecimiento; algunos de los cuales pasaban los 80 metros de altura, con una circunferencia del tronco de más de 7 metros. Después de varios años fueron repartidas a varias personas en el país como al Dr. Luis Felipe Borja en Quito, a Don Pedro Lizarzaburo en Riobamba y a Cuenca al Dr. Luis Cordero; quienes ayudaron a introducir el Eucalipto Gigante en el país.

Los Eucaliptos, en el tiempo actual, dentro de la Quinta de Juan León Mera y Luis A. Martínez, queda solo el recuerdo de los troncos talados, uno de ellos se encuentra cerca del río Ambato mide más de 61 metros y cuenta la historia; las parejas que introduzcan una moneda de 5 centavos en el tronco su amor perdurará por siempre; por esa razón se podrá observar esta decoración en uno de los símbolos más importantes para la ciudad, pero de igual forma es parte importante de la historia de estas familias quienes fueron próceres en la tierra ambateña.

AUTOR: Agr. Juan Carlos Gómez

FUENTE: La Merced en el Siglo XX, (2010).

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