A las 2:30 de la tarde por una mala artillería patriota abre fuego y es la infantería española quien empieza a flaquear, donde el coronel González concurre con refuerzos y así nivela las acciones; los furiosos ataques ya han producido más de 600 bajas, son tomados muchos prisioneros, con armas y pertrechas, constituyen los trofeos de guerra de las fuerzas del Rey. Los derrotados patriotas logran recuperarse con un relativo orden y toman el camino real con dirección a Guayaquil; mientras que las tropas triunfantes ingresan a la Villa de Ambato en busca de más prisioneros; los que incluían a niños y mujeres, algunos eran fusilados y otros salvajemente humillados; luego venía la tarea de “compravidas”, es decir el canje de los presos por dinero, joyas u objetos de oro.

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AUTOR: Horacio Sevilla Carrasco.

FUENTE: EL AMBATO DE ANTAÑO (1998).